23 de noviembre de 2009

Anatomía del fracaso



Sam Mendes estrena en cines 'Un lugar donde quedarse', película que ha recibido críticas diversas. Mendes demostró con 'American Beauty' y 'Camino a la perdición' ser un director que, con una buena historia ente manos, es capaz de hacer buen cine. De ese plagado de momentos, de frases, de gestos y de sentimientos.
Personalmente lo que más me gusta del marido de Kate Winslet se llama 'Revolutionary Road'. Una corrosiva y demoledora historia sobre la búsqueda de la felicidad, la angustia ante el paso del tiempo y la madurez en las relaciones, sin poder agarrar las ilusiones, esas que imaginabas cuando estabas repleto de juventud y de amor, de ambición.
Leonardo DiCaprio y Kate Winslet son una pareja de clase media americana en los años 50, que ven como la vida les pasa de largo mientras se van hundiendo cada vez más en la rutina, en el desencanto y las discusiones conyugales y nada de lo que desearon se cumple. Se saben especiales, pero otras gentes más que no aprovechan el talento, que no se atreven a romper con su monotonía, acabar con las frustraciones.
Mendes ofrece imágenes como martillazos, donde late el corazón y el alma de sus protagonistas, radiografía de derrotados, que sueñan con una vida mejor, que tiene que lidiar con el tormento, las infidelidades, el ansia de reventar con todo, la crudeza del amor cuando duele y desgasta, cuando los locos son los más lúcidos, cuando la esperanza se desvanece y se acaban las oportunidades de poder vivir realmente la ansiada vida, el sueño americano.
La magistral interpretación de la pareja hace veraz y conmovedora una crítica a la hipocresía de las clases acomodadas que en realidad no son felices, los que esperan casarse y tener un trabajo normal cono único afán en la vida, renunciando a ella por completo, dejando morir todas las inquietudes de juventud y el deseo de ser algo, en esa quimera que constituye hacer lo que quieres.
Deja especial poso en el cuerpo y en la mente la escena que cierra la película, de esas que no necesitan palabras, ni explicación; toda una declaración de intenciones, reflejo de la existencia de tantos y tantos, una brutal confesión de rutinas para ponerle el punto y final a una historia de la lucha por la vida, concebida allí donde se rompen los sueños.