18 de diciembre de 2009

Ha muerto Jennifer Jones



Pocas actrices despertaban tanta carnalidad y tenían tanta belleza felina y exótica como Jennifer Jones, la famosa mestiza ‘Perla’. Fue la mujer y la actriz consentida del coloso David O. Selznick, tal vez el productor más poderoso del Hollywood dorado, que impulsó la carrera de su musa principalmente en dramas románticos, participando en algunas películas que permanecen en la memoria colectiva de los aficionados al cine, en especial ‘Duelo al sol’, un arrebato de romanticismo demoledor y peligrosas pasiones que viviría junto a Gregory Peck y Jospeh Cotten, con la maestría tras la cámara de King Vidor. Se intentó repetir éxito con un planteamiento parecido en ‘Pasión bajo la niebla’, mismo director y misma actriz, con Charlton Heston y Karl Malden escoltando a la dama, pero el resultado fue menor aunque no desprovisto de interés.
Para la posteridad queda también ‘Jennie’, juntada de nuevo con Cotten, y paradigma del romanticismo y la fantasía.
Cumplió con un reto tan importante como encarnar a la Madame Bovary de Flaubert, en una película que Vicente Minelli afrontó con profesionalidad y conocimiento de la obra.
John Huston la pondría ante su cámara en ‘Éramos desconocidos’ y con Bogart en ‘La burla del diablo’, películas menores del director donde Jennifer Jones siempre luce.
Henry King plasmó un drama corriente en ‘La colina del adiós’, aunque la pareja Jones-William Holden y el director de ‘El pistolero’ hubiera podido ofrecer algo inolvidable. King la volvería a requerir para ‘Suave es la noche’, entretenida y pasable adaptación de la obra maestra de Fitzgerald.
Su rico marido se empeño en hacer el remake de ‘Adiós a las armas’, poniendo a su mujer junto a Rock Hudson, pero no hay nadie que no prefiera la original de Gary Cooper.
Tras la muerte de Selznick en 1965 se retiró casi de la gran pantalla y la última película en la que aparece es ‘El coloso en llamas’, reunión de estrellas en su crepúsculo.
Jennifer Jones ha fallecido a los 90 años de edad, pero su belleza sigue siendo inmortal.

2 de diciembre de 2009

Extraños en la noche



Cuando acudes a una sala de cine, lo que buscas de las películas, es que te despierten algún tipo de emoción, que tengan alguna repercusión sobre los sentidos, que te hagan reír, te conmuevan, te estremezcan, te apasione o te sientas vibrar. Que el producto por el que pagas no te deje indiferente, que no asome el tedio. Aunque intuyas de antemano lo que te vas a encontrar, aunque sepas a qué específico público van dirigidas todas las campañas de internet y con el impulso de youtube.
Es de agradecer a 'Paranormal Activity' el conseguir crear desasosiego sin aportar nada nuevo más que la conocida fórmula de cámara casera y sugerir más que mostrar; ofrece malestar y tensión en el cuerpo; no apta para miedosos. Se ve bien, atrapa tu atención y se olvida rápido.
Llega con la aureola de film casero de bajísimo presupuesto y la etiqueta de cine experimental, pero trae una grandísima campaña de marketing detrás, catapultada por un nombre que es como el rey Midas: Steven Spielberg.
Y esta cinta, que es un inteligente negocio, consigue eso tan loable de, con tres o cuatro elementos y apenas dos actores, sin más decorado que una casa tal cual es, ponerte en permanente estado de alerta por lo que ocurre ante esa cámara digital, cuya inquietante atmósfera logra crear un clima tensión, un miedo que no se nutre de hachazos ni Gore ni zombies ni apariciones demoníacas. Los monstruos no tienen cabida en Paranormal Activity, su angustia se basa en reflejar el pánico de una pareja aterrorizada por lo que acontece en su casa, la falta de excesos, la ausencia de efectos especiales y la certeza de que el director conoce el lenguaje del terror, que se nutre en lo psicológico, sin manchar el suelo de sangre.
Por eso piensas en la cantidad de millones que son malgastados en crear, a base de efectismos, mundos imaginario o catástrofes tremebundas que te dejan más frío que otra cosa, que no conecta con tu cuerpo ni con el avatar de lo común, que no te involucras con las historias que pretenden fantasear o venderte a base de impacto visual y espectáculo tan virtuoso como vacío.
En esta película se maneja coherentemente y con sentido los sucesos aterradores con los elementos de la vida cotidiana de sus protagonistas, reflejando cosas tan comunes como lavarse los dientes, sentarse en el sofá o hablar con una amiga. De esta manera se consigue crear un precedente de cercanía, filmar la clase media y sus apuros ante lo desconocido.
Paranormal Activity es película de un sólo visionado, pues una vez conocedor del resultado de la tensión, dramática y argumentalmente no aporta nada; sigue la estela de otras producciones que apuestan por una psicología del miedo más que por el habitual terror juvenil o asesinos en serie, y la estética de cámara casera es cogida directamente de pioneras como ‘Rec’ y ‘El proyecto de la bruja de Blair’, pero supera en varios aspectos a sus antecesoras.