31 de agosto de 2009

Antes



Terminado agosto las grandes productoras ya han dicho todo lo que tenían que decir en sus estrenos estrella del verano. Llega otoño con alguna pelicula destacable y colorín colorado, en febrero una nueva edición de los Óscar. Hay que evitar caer en los tópicos ni decir aquello de “cualquier tiempo pasado fue mejor”, pero en el caso del cine es una verdad tan ineludible como triste. Si de 2007 apenas se puede recordar pasados dos años a 'No es país para viejos', 'Promesas del este' y 'Zodiac', 2008 nos trajo esa maravilla de 'El curioso caso de Benjamín Button', 'Gran Torino', 'Revolutionary Road' y poco más. La última gran obra maestra, aparte de la citada película de David Fincher, se llama El buen pastor', y hay que viajar hasta el 2006. Martin Scorsese se presenta como la esperanza para salvar el año.
Dentro de la historia del séptimo arte, además de las prodigiosas décadas de los años 40 y 50, algo más de 20 años que ostentan las mejores películas jamás hechas, existen años en concreto donde la cosecha era especialmente prolija,
1939 es el año de 'Lo que el viento se llevó', de 'La regla del juego', 'La diligencia', 'Los violentos años 20', 'Ninotchka', 'Sólo los ángeles tienen alas' o 'Caballero sin espada'. Al siguiente año, 1940, le llegó el turno a directores como Charles Chaplin, Hitcochk y John Ford, y se estrenaron películas memorables tales como 'El gran dictador', 'Rebeca', 'Las Uvas de la ira' e 'Historias de Filadelfia'.
En 1957 Billy Wilder lanza su 'Testigo de cargo', Sidney Lumet debuta con 'Doce hombres sin piedad', Kubrick firma una de sus obras maestras, 'Senderos de gloria'; nace el caballero que juega con la muerte en 'El séptimo sello' y David Lean construye su 'Puente sobre el río Kwai'. Además Cary Grant y Deborah Kerr participan en el remake de 'Tú y yo', el western 'El tren de las 3:10' aparece para entrar a formar parte de los clásicos; Burt Lancaster y Kirk Douglas protagonizan 'Duelo de titanes'.
A punto de finalizar la década de los 50, 'Ben-Hur' rompe los moldes del cine y conquista un saco de estatuillas, Hitchock crea en 'Con la muerte en los talones' una de las escenas más famosas de la historia, Billy Wilder logra una de las cimas de la comedia en 'Con faldas y a lo loco', Truffaut debuta con 'Los 400 golpes' y Howard Hawks filma todo un clásico, 'Río Bravo'. 1959 también es el año de 'Imitación a la vida' y 'El árbol del ahorcado'.
En 1962 coinciden 'El hombre que mató a Liberty Valance', 'La gran evasión', 'Matar a un ruiseñor', 'Lawrence de Arabia', 'Duelo en alta sierra' de Peckinpah y 'Días de vino y rosas'. Casi nada.
En este siglo XXI, y ya antes, cuando aparece una obra maestra los críticos y periodistas echamos las campanas al vuelo y se le da cancha en todo tipo de reportajes y especiales, para darle repercusión y espacio. Si para más inri aparece una película española medianamente buena entonces el revuelo alcanza cotas de delirio. Se tiene la sensación de haber visto ya la película antes de entrar en el cine.
Hollywood se rinde al ordenador y a los efectos especiales, productos como 'El señor de los anillos' se llevan todos los premios, y hacen que si John Ford levantara la cabeza la volvería a apoyar. El semblante serio e imponente de Christopher Lee, el Drácula más famoso, está hoy desfasado y lo que se lleva es el vampiro adolescente y guapito de turno. Incluso Supermán tenía mucho más estilo que los superhéroes de hoy, incluso.
Cuando John Wayne protagonizó en 1942 Piratas del mar Caribe, poco podía imaginar que muchos años después alguien iba a pintarse los ojos y las uñas y vestir estrafalariamente para interpretar a un pirata. Tenía razón Bob Dylan, los tiempos están cambiando, pero para mal.

No hay comentarios:

Publicar un comentario