1 de septiembre de 2009

Pasarse

Como somos un país de extremos (ahí estuvieron y están las dos españas) somos capaces de pasar de una férrea dictadura intransigente hasta unas medidas y costumbres que rayan la incoherencia, transición mediante.
De la represión y las condenas que incluían la pena de muerte se ha pasado a un sistema judicial de risa, que parece defender más los intereses del delincuente. El respeto de la juventud se evapora con los humos alcohólicos de chavales de 12 y 13 años que adquieren bebidas fácilmente. No hace muchos años cualquier vestido que enseñara más allá de la rodilla era una provocación, propio de mujerzuelas.Hoy día las niñas recién salidas de la infancia llevan menos ropa que Espinete en un día de verano.
Y él entonces totalmente prohibido aborto ha dejado paso a la libre interrupción del embarazo de chicas de 16 años, sin el consentimiento de sus padres.
Es también el debate de hasta qué punto un conglomerado de células es un ser humano, de la ética (¡ojo!, ésta no es propiedad de la religión) de cada individuo y los meses que los médicos y la ley estiman oportunos para practicar un aborto sin cometer un asesinato, además de las consideraciones de riesgo de la madre y los factores que provocaron el embarazo. Factores de diversos tipos, porque soy una persona muy tranquila, y cualquier aborto en sí es un fracaso y una tragedia, y no creo que sea un trance agradable para ninguna mujer; pero no sé cada uno, pero si algún día tengo una hija, y sufre una desgracia en forma de violación, por la cual queda embarazada, y a la hora de abortar recibo la visita de algún sacerdote apelando a la moral o amenazando con la excomunión es probable que pase el resto de mis días en la cárcel por asesinato con ensañamiento. Se sabe que la iglesia está en otro mundo, no sé si en un mundo paralelo o en su propio infierno; y su moral y leyes sólo habitan en la mente de sus políticos. Que proclame el derecho a la vida una institución que quemó vivas a miles de personas que no pensaban como ella, o que, sin falta de remontarse siglos, tuvo bajo palio a un asesino como Franco riéndole las gracias es bastante chocante.
Además dentro de la derecha típica española, están los (y las) meapilas hipócritas de siempre que ponen el grito en el cielo, los (y las) retrógrados sin solución y los cuervos ensotanados más tétricos; pero lo que no se puede es pasarse a la otra esquina extremista y fomentar que una criatura de 16 años aborte en la clandestinidad, sin que nadie de su entorno pueda ayudarla, aconsejarla o darle el necesario apoyo. Esa niña seguro no podrá llegar a casa más tarde de las diez de la noche, pero podrá abortar con la misma facilidad con la que se compra unos zapatos.
Llegar al punto de que una menor tenga que abortar es de por sí una situación de fracaso. Esos padres a los que se les quiere privar de conocimiento deben haber educado desde la cuna a su hija y ofrecerle unas pautas sexuales y unos principios adecuados.
Lo que necesita cualquier país desarrollado es una ley seria del aborto, que regule y ponga un límite de meses y circunstancias para ser llevado a cabo, pero que siempre sea en la franja de la mayoría de edad. Hay que poner las cosas otra vez en la línea que separa lo intransigente de lo ridículo, lo libertino, el todo vale.

2 comentarios:

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  2. Interesante... ya hablaremos tu y yo. Libertad y libertinaje, la delgada línea roja. Tengo una peli tuya, ups!.

    un besin

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